Destinado a provocar un impacto visual inmediato, inequívoco y perdurable con la finalidad de representar la identidad de una marca a través del uso de letras, abreviaturas o cifras, el diseño de logos constituye un desafío de enorme magnitud debido a la gran saturación visual que naturalmente envuelve al consumidor en plena era digital.
Para que un logo cumpla eficazmente su misión debe reunir una serie de características esenciales. Ante todo, su concepción, lejos de ser abstracta, debe estar inspirada en una época determinada, configurada en función de una cultura específica y orientada a un grupo humano claramente definido.
A su vez, los elementos gráficos que componen un buen logo deben ser pocos, claros y estilizados. La finalidad del diseño de logos es lograr un impacto que resulte instantáneo, decisivo y memorable, incluso a pesar de la superabundancia de elementos visuales que avasallan al consumidor de manera constante.
Por otro lado, para que un logo resulte efectivo, necesariamente debe ser creativo, atractivo y original. De hecho, dado que su misión es representar visualmente la identidad de una marca, empresa, producto o servicio, todo buen logo debe contar con una combinación única de diseño, formas y colores, que resulte fácilmente reconocible.
Asimismo, otro criterio para evaluar un buen diseño de logos tiene que ver con su versatilidad. Vale decir que, para que un logo sea efectivo, el consumidor debe ser capaz de reconocerlo tanto en medios impresos como en pantallas, en diferentes niveles de resolución y nitidez, tanto en color como en blanco y negro.
Por supuesto, un logo debe ser coherente con el resto de la identidad corporativa, integrándose perfectamente con el resto de materiales que utilice la empresa para sus comunicaciones, esto es, la papelería comercial, envoltorios, material promocional, anuncios televisivos, carteles, folletería, sitio web, redes sociales, etc.
Finalmente, puesto que el logo debe ser capaz de resistir el paso del tiempo, conservando su vigencia, es posible introducir pequeñas modificaciones para mantener su atractivo y eficacia frente a las diferentes modas o gustos coyunturales en el devenir de las distintas épocas culturales.